Alan o el gobierno aprista ?
La inmensa mayoría de peruanos nos sentimos desconcertados por la indiferencia de nuestras autoridades al desechar la generosa donación del gobierno alemán para el museo de la memoria, desdén que nos ruboriza y nos avergüenza por decir de algún modo frente a tamaño despropósito.
Porqué no se quiere el museo de la memoria? Acaso se quiere volver a vivir los momentos aciagos cuando los grupos terroristas sembraron muerte y desolación en todo el país? Esto podría ocurrir si tratamos de ocultar nuestro pasado, debemos enseñar a las generaciones venideras que ni el terror ni el vandalismo soluciona los problemas del país ni del tercer mundo.
Actualmente, vivimos una relativa tranquilidad gracias al esfuerzo fomentado desde la sociedad civil por la verdad y la reparación de las injusticias que se ha dado a través de la Comisión de la Verdad y la Reconciliación, por otro lado, podemos decir que hay una mayor cultura cívica para el respeto de los derechos humanos, ambas causas, pertenecen a gente civilizada como la nuestra, madura y responsable.
Invocando esa responsabilidad que hoy se necesita, nuestros gobernantes deben ser los primeros en cultivar la memoria, sólo así se podrá desterrar la violencia, desterrarla gracias a la madurez de la ciudadanía que debe estar preparada por el conocimiento de su propia experiencia.
Nadie querrá vivir el pasado, ese pasado doloroso, sangrante en vías de cicatrización, no podrá repetirse si nuestras autoridades optan por el museo de la memoria, para enseñar a quienes no vieron ni vivieron el horror de entonces que a nada conduce la violencia, por ello, Alemania extiende su ayuda que el Perú debe muy bien aprovecharla.
La inmensa mayoría de peruanos nos sentimos desconcertados por la indiferencia de nuestras autoridades al desechar la generosa donación del gobierno alemán para el museo de la memoria, desdén que nos ruboriza y nos avergüenza por decir de algún modo frente a tamaño despropósito.
Porqué no se quiere el museo de la memoria? Acaso se quiere volver a vivir los momentos aciagos cuando los grupos terroristas sembraron muerte y desolación en todo el país? Esto podría ocurrir si tratamos de ocultar nuestro pasado, debemos enseñar a las generaciones venideras que ni el terror ni el vandalismo soluciona los problemas del país ni del tercer mundo.
Actualmente, vivimos una relativa tranquilidad gracias al esfuerzo fomentado desde la sociedad civil por la verdad y la reparación de las injusticias que se ha dado a través de la Comisión de la Verdad y la Reconciliación, por otro lado, podemos decir que hay una mayor cultura cívica para el respeto de los derechos humanos, ambas causas, pertenecen a gente civilizada como la nuestra, madura y responsable.
Invocando esa responsabilidad que hoy se necesita, nuestros gobernantes deben ser los primeros en cultivar la memoria, sólo así se podrá desterrar la violencia, desterrarla gracias a la madurez de la ciudadanía que debe estar preparada por el conocimiento de su propia experiencia.
Nadie querrá vivir el pasado, ese pasado doloroso, sangrante en vías de cicatrización, no podrá repetirse si nuestras autoridades optan por el museo de la memoria, para enseñar a quienes no vieron ni vivieron el horror de entonces que a nada conduce la violencia, por ello, Alemania extiende su ayuda que el Perú debe muy bien aprovecharla.